jueves, 26 de julio de 2007

¿Ciclismo?


Aún recuerdo las vibrantes tardes que, cuando era niño, me proporcionaba el ciclismo. Añoro esos momentos de soledad, en los que -tras ver la etapa del Tour- cogía mi bicicleta y recorría buena parte de las carreteras que rodean mi urbanización. No podía presumir de tener muchos amigos y, durante el verano, era la bici quien me alejaba del tedio y me proporcionaba, podríamos decir, la diversión.
Todas las tardes llegaba muerto a casa. Aún así, solía repasar los kilómetros recorridos y planificaba la etapa del día siguiente.
En aquellos años yo tenía un ídolo. Se llamaba Miguel Indurain. Recuerdo, como si fuera ayer, aquellos duelos épicos que el navarro mantenía con Rominguer y en los que “Miguelon” solía salir siempre victorioso. Verlo encima de la bicicleta era especial. Durante cinco años, Indurain hizo que España entera se volcara con el ciclismo y que, muchos jóvenes como yo, comenzáramos a amar y a practicar su deporte.
Lamentablemente todos crecimos e Indurain se retiró, dejando atrás un palmarés envidiable. Su sucesor, el también admirable Amstrong, ya no era español y muchos perdimos el interés. Sin embargo, puntual a su cita de las tardes de julio, el Tour de Francia seguía teniendo preferencia en mi televisor.
Hace tiempo que abandoné la práctica del ciclismo, más por falta de dinero que de interés. Sin embargo, lo que para mi ha muerto definitivamente es el Tour de Francia.
La edición de este año va a pasar a formar parte de la página negra de la historia del ciclismo. Dos casos de dopaje confirmados y uno posible, el del hasta ayer lider Rassmusen, y sobre todo dudas, muchas dudas. Ya no siento confianza en los ciclistas profesionales. No siento que merezca la pena tener un ídolo dentro del pelotón. No siento el espíritu de Indurain por ninguna parte. Sin embargo, a mi juicio, la culpa no es de los ciclistas sino del Tour y de la UCI. Tras casi 2400 kilómetros recorridos, subir los puertos de ayer y no ir dopado es tan utópico como ligar sin beber un sábado por la noche. Los ciclistas lo saben pero, ¿a caso pueden hacer algo que no sea recurrir a lo ilegal? La herida que el Tour 2007 abre será difícil de cicatrizar. Mismamente, el COI, tras los acontecimientos que han venido sucediéndose, está sopesando la posibilidad de excluir al ciclismo como modalidad olímpica. ¿Qué será lo siguiente?
Yo, por mi parte, seguiré soñando con adquirir una bicicleta de las buenas aunque, quizás, en las tardes de julio, el Tour dejará de tener prioridad absoluta en mi televisor.

miércoles, 25 de julio de 2007

¿Quién caricaturiza a quién?


Desde hace años, puntual a su cita de los miércoles, la revista de humor gráfico El jueves, viene ironizando con la actualidad semanal, despertando admiración y crítica a partes iguales. Esta labor, en mi opinión absolutamente loable, se ha visto empañada a raíz de la portada con la que dicha revista pretendía abrir su edición del pasado miércoles. El juez del Olmo, auspiciado por el siempre omnipresente Fiscal General del Estado, Cándido Conde- Pumpido, decidió secuestrar la revista arguyendo un presunto delito de injurias a la Corona. Conde-Pumpido, en posteriores intervenciones ante la prensa, no dudó en calificar la portada como una “innecesaria grosería” que no respeta la dignidad y el honor de los caricaturizados, a saber: los Príncipes de Asturias. La decisión -y no es sorprendente-, ha sonrojado a media Europa, ha aumentado, en casi un 300%, las visitas diarias a la web oficial de la revista -sobrecargada aún hoy ante la avalancha de usuarios- y, sobretodo, ha despertado la curiosidad de un país donde ya se sabe que el cotilleo es deporte nacional.
¿Quién caricaturiza a quien, El jueves a la Corona, o el juez Del Olmo al sistema judicial español?
Seguramente no estaré siendo el primero en incidir en la cuestión pero, sin duda, resulta relevante. Si las medidas judiciales no hubieran sido ejecutadas, la caricatura hubiera pasado desapercibida. Quien la hubiera visto, comprando el susodicho número, podría haber decidido, por si mismo/a, si esta era necesaria o no; mezquina o graciosa; soez o impertinente. Ahora todo ha cambiado. La acción judicial ha abierto la caja de Pandora y perpetrado un hecho sin precedentes en la historia democrática más actual y, sobre todo, ha puesto de relevancia lo coartados que, en realidad, son los límites que asegura la libertad democrática en España. Estando detrás de todo el fiel servidor del socialismo Conde Pumpido, uno no puede dejar de preguntarse si en realidad todo esto no responde a un nuevo intento por enterrar cuestiones más importantes bajo cortinas de humo. Uno no puede dejar de cuestionarse el funcionamiento del estado de derecho y, por supuesto, no puede dejar de alzar la voz y preguntarse: quién injuria a quien.
Lamentablemente serán el caricaturista y el director de la revista quienes paguen esta nueva desfachatez judicial. El asunto seguirá dando de que hablar. Hagan sus apuestas.

jueves, 19 de julio de 2007

La langosta se abre paso


Lo siento. Inauguré el espacio obviando las presentaciones. Quizás me pudo la rabia contenida, no lo se, pero de sabios es saber rectificar y de necios el no apostar por ello.
Me preguntaba cuál es la necesidad que nos impulsa, desde tiempos inmemoriales, a poner por escrito nuestros pensamientos, cada latido, cualquier sentimiento.
En realidad, los blogs no son algo tan novedoso como pudiera llegar a pensarse. Cierto que, técnicamente, todo es más bonito, más sencillo y, por qué no, menos íntimo, desde que la red de redes fue abriéndose paso. Sin embargo, la historia no deja de poner las cosas en su sitio. No en vano, no deja de ser ésta su función primordial.
Qué fue, sino un blog, el archiconocido diario de Ana Frank…. A caso en su Historia de la Guerra de las Galias, Julio César no hizo un ejercicio memorístico excepcional y relató -modificando, eso sí, a su antojo- , las hazañas bélicas que consumó...
Como vemos la necesidad humana de transmitir siempre ha estado presente. Con esa intención tan filantrópica nacieron los medios de comunicación que hoy llamamos “de masas”. Internet, no nos engañemos, es el arma definitiva de estos mass media. Sin ir más lejos, el espacio que hoy engalano oficialmente para vosotros, es producto único y exclusivo de la necesidad de los medios de comunicación de controlar hasta lo incontrolable, la opinión democrática y sincera de todo ser humano.
Nos manipulan, de eso no hay duda. Pero mi objetivo, lejos de acomodarme ante ello, va encaminado a nadar contracorriente, siguiendo la dirección difícil, “la que lleva el salmón” como diría Calamaro, la que pretendemos -al menos en teoría- llevar todos aquellos que nos dejamos llevar por la pluma, hoy teclado.
No se asuste querido lector. Aquí serán bien recibidas todas las opiniones y todas las críticas, eso sí, siempre que sean constructivas.
Será un placer contactar con quien quiera conectar con las palabras que seguirán a este post. Será un placer romper con lo establecido, haciendo de la política, de la música, del arte, de la literatura, de todo lo que abarca el saber humano, motivo de debate.
Quien os habla abre hoy las puertas de su alma.
Que sólo Dios se encargue de cerrarlas.

¿Sueña el socialismo con ovejas eléctricas?


Cualquier acto humano deja rastros de oro o fango. Límpiate las manos Zapatero. En tú caso, deberían estar manchadas de chapapote. Sin embargo, toda España ha comprobado que, de nuevo, como en Guadalajara, como en las inundaciones de Ciudad Real, como en tantos y tantos momentos, su presidente mantenía una agenda oficial demasiado repleta como para poder suspenderla por asuntos tan banales como un desastre natural.
La pregunta que me sugiere esta situación es la siguiente: ¿Sueña el socialismo -y más concretamente su carismático lider, ZP- con ovejas eléctricas?
No eran socialistas sino androides, quienes protagonizaban la novela de Dick, que posteriormente inspiró a la laureada Blade Runner, “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”. El universo dickiano es tan sorprendente como la política fabricada por los socialistas en estos tres años y escasos meses. ¡Qué Dios nos pille confesados!, aún pueden nacer millones de niños en España hasta las generales.
Volviendo a la novela, esta nos narra los acontecimientos posteriores a lo que sería una Tercera Guerra Mundial definitiva que asolaría el planeta. El mundo que Dick retrata es, obviamente, muy diferente al actual. Aunque puede que no tanto…
En las ciudades que resisten a la intensa lluvia radiactiva, los moradores hacen malabarismos para conseguir animales a buen precio. No es cuestión baladí. La supervivencia no deja de estar en juego y éstos escasean. Sin embargo, hay costumbres que ni con la destrucción casi total del planeta desaparecen. Aquellos que, por razones económicas, no pueden permitirse la compra de un animal, optan por adquirir los nuevos modelos eléctricos, en apariencia externa idénticos a los biológicos, creados en las colonias de Marte. El objetivo, mantener la preeminencia social, el estatus dentro del grupo…a fin de cuentas, el poder.
Lo vivido en estos años de gobierno no hace sino plantearme que, en realidad, los socialistas españoles no sueñan con adquirir ovejas eléctricas. Las sacan a pasear a diario desde que comenzara la legislatura.
Si para mantener el poder, es necesario marear cien veces la perdiz, los socialistas no dudaran en hacer como los moradores de este universo dickiano, y seguir creando cosmogonías grandilocuentes ajenas a la realidad. Seguirán hablando de paz, de alianza de civilizaciones, de terroristas y políticos jugando en el parque…
Más vale que pronto, alguien les despierte del sueño y les descubra que las ovejas no son precisamente eléctricas.