miércoles, 21 de mayo de 2008

Risto Mejide, Soseky y la Guerra de las Galaxias.

No, no es cierto...
Ni es sábado, ni acabo de volver de fiesta.
No he llegado tambaleándome al ordenador, y botella de agua en mano, me he puesto a escribir lo primero que se me ha pasado por la cabeza. Más bien es miércoles, acabo de hacer un poco de deporte -viendo la soporífera final de la Champions League-, y he decidido escribir un rato antes de pasar factura a mis neuronas en cuanto a lo aprendido en el tropecientos día de estudio. Lo digo, básicamente, por el título del nuevo post con que la Langosta trata de sorprenderles. Y lo hago, irónicamente, para justificar una relación que, a prioristicamente hablando, pudiera ser improbable.
Anoche -lo confieso-, veía Operación Triunfo, concurso que representa como ninguno los valores de la sociedad española actual, y quedaba prendado de uno de los miembros del jurado, probablemente el más mentado, efectivamente; era Risto Mejide, publicista de profesión y actor en sus ratos libres. Viendo como rayaba los límites de la ética televisiva al referirse a muchos de los concursantes, pensé en lo habitual que es esto en el mundo periodístico. No en vano, y sin ir más lejos, Fernando Sánchez Dragó, en uno de los mejores blogs que malviven en la red, “Dragolandia”, lo mismo se dedica a predicar las excelencias de su gato Soseki, que a denigrar y repudiar a aquellos que, por ejemplo, osamos amar deportes como el fútbol por el simple hecho de no ser algo culturalmente elitista, ¡manda huevos! (como diría aquel).
Sin duda -pensé-, el mentado Mejide ha debido aprender mucho de la agresividad que impera en los medios a la hora de desarrollar su labor. !Incluso de Dragó parece haber aprendido!. Y sí no, cómo explican esos ataques repentinos de “amabilidad”, esos gestos tan “campechanos”, esa ironía descarnada... Si sólo le falta hablar de su perro, "pulgaski"... Qué tierno sería, ¿no?
Será la incertidumbre, probable ironía del destino, la que -una vez más- decida el devenir de tanto melodrama. Es como todo...Hace quince años, cuando vi por primera vez La Guerra de las Galaxias, sólo podía fijarme en los maravillosos efectos especiales con que contaba. A día de hoy, cuando vuelvo a recuperarla de mi filmoteca, sólo me dedico a leer entre líneas de guión, a explorar en las actuaciones, y en definitiva, a disfrutar de aquello que la película simbolizó, simboliza y simbolizará. El caso es que quien sabe mi querido lector...Algún día, quizá más pronto que tarde, Risto Mejide, Soseki y Sánchez Dragó logren despertar algo en mi ser, no sé, quizá ese "que se yo" que te descubre algo ajeno a la artificialidad que hoy día reina en cada uno de sus arbitrios...

Posdata. Qué no. Que tampoco he fumado nada...

Y bajo los adoquines, no había arena de playa…

Cuarenta años después, el recuerdo de aquel mayo francés sigue vigente para muchos; aquellos que se esfuerzan en la utopía de otro mundo posible; aquellos que -ideologías al margen-, han contribuido a configurar el heterogéneo planeta en que hoy habitamos...
Todo esto es muy bonito, no cabe duda, sin embargo, mi querido lector, conviene descender a la tierra y analizar los hechos tal y como acontecieron, y acontecen. No en vano, lo grandioso que tiene la historia es que, como ciencia imperfecta que es, aún es necesaria para conectar pasado y presente en un diálogo constante capaz de hacernos participes de aquello que fuimos y seremos en el futuro -y esperado- “mundo mejor”.
Aquel mayo estudiantil, los estudiantes parisinos, al igual que aquellos del “no a la guerra”, no buscaban sino debilitar las políticas imperantes. Esto, visto desde un punto de vista objetivo, puede resultar muy loable, no me cabe duda (¿o sí?). Sin embargo, si echamos una mirada a los acontecimientos recientes, observamos que poco queda de aquel espíritu del 68, o al menos en lo que a nuestro contexto universitario más próximo se refiere.
Los estudiantes, y yo el primero, bastante tenemos con la indiferencia del mundo laboral como para centrar la mirada en anhelos y aspiraciones utópicas. El mundo puede desmoronarse ante nuestros ojos, y mientras -como animal de costumbres-, el virus del miedo nos atenaza a su paso, convirtiéndonos en seres inertes, incapaces de mirar más allá del horizonte, el anhelado horizonte… ¿de que sirve trazar horizontes en un mundo sin esperanza? -dirán no pocos-.
Aquel mayo estudiantil, en una Francia lastrada por su pasado, no significo ningún hito que deba pasar al recuerdo de las generaciones venideras, o eso al menos es lo que pienso. Se aplaude más la forma que el fondo de aquel proceso. Ya pocos recuerdan su significado, si es que hubo algún significado inherente ante unos pocos meses de protestas escasamente organizados, tanto ideológica como culturalmente. Fueron muchos, cierto, y bien utilizados por las fuerzas de extrema izquierda, que también. Sin embargo, no nos engañemos, y tengamos un poco de memoria, sí bajo los adoquines hubo arena de playa en aquella calurosa primavera parisina -que lo dudo-, el viento maestral se encargó pronto de hacerla volar al baúl de aquel recuerdo inalcanzable que ya pocos se empeñan en anhelar...¿cabrá hacer algo al respecto, no?

Posdata. Una forma de declararse contrario al conformismo es declararse conformista, y combatir el mal desde dentro. Ánimo, y al toro...

martes, 13 de mayo de 2008

Opositergoris...

Somnoliento, y casi sin aliento, me dirijo a “Conselleria”. Como siempre, y ya es un clásico, dejo todo para el último día. No pasa nada, no me preocupa, todo está claro. Llevo bajo el brazo toda la documentación que necesito. Sólo pagar, y me darán la bienvenida al maravilloso mundo del opositergoris; el único juego en que -si no tienes un buen enchufe-, te pasarás años y años jugando...
Todo marcha sobre ruedas. En la puerta, incluso, parece que salgan a recibirme... Toda una embajada de repartidores de publicidad, representando a otras tantas academias, parecen querer congeniar con el pobre Jorge, que bastante tiene con mantenerse en pie ante la tensión acumulada... Bueno, la última repartidora puede pasar la criba. ¡Ay omá qué rica!, como diría el gran Miki Nadal…!preciosa como Soseki!, que diría Dragó…
Pero, cuando logro quitarme de la cabeza a esa morena de ojos verdes (que por cierto, no se creía que yo cursaba en la Academia a la que representaba), ¡tachán!, el Nilo hecho muchedumbre. ¡Ups, qué agobio!...Esto va a ser eterno. Comienzo a hablar con la morena...estudia Biología, y también está preocupada. Esto de opositar no era lo que pensaba. La cola avanza y la morena continúa con su trabajo. Yo a mi rollo, somnoliento y casi sin aliento. El tiempo avanza casi con más lentitud que aquel amasijo de cuerpos demacrados por el estudio…
-¡Ya sólo quedan tres!
-!Dos!…
-Una!
-!Yo!…
-!Buenos Días!
-Hola, qué tal… (Deposito todo el papeleo sobre la mesa)
-(Silencio, silencio, tos, silencio…)
-¿Y el resto de papeles?
-(AYYYYYYYYYYYYYY)
-¿Qué papeles?
-La fotocopia del DNI y la declaración jurada…
-¿Jurada?, juro que desconocía la existencia de tal documento…
-Pues debe dejar de jurar en vano…
-(AYYYYYYYYYYYYY)
Comienzo a caminar, despierto y con aliento, dejando atrás aquella cola de espanto...mi primer hogar en el día de hoy. Me despido de la morena, aunque sin convicción...el opositergoris, -aquel juego en que si no tienes un buen enchufe te pasarás años jugando-, nos volvería a encontrar sólo un par de horas después y sin prácticamente nada de que hablar. No en vano, la rutina en las relaciones personales también puede dejarnos, somnolientos y sin aliento, esperando una oportunidad que, incluso la burocracia, se resiste a proporcinar.

El hombre invisible


Bueno, bueno…con esto no contaba Jacques Attali en su “Diccionario del Siglo XXI”.Les cuento...
Al parecer unos científicos norteamericanos (cómo no), han probado con éxito una “manta de invisibilidad”. Tranquilo, impávido lector…aún no está todo perdido, aún existe un reflejo y una sombra reducida al “cubrir” un material bajo dicha invención...aún no somos invisibles; y para lograrlo, seguiremos teniendo que recurrir a cualquier novela de ciencia ficción...eso sí, que al menos sea buena, y si es de nuestro fundador, P.K Dick, mejor…
No obstante, creo que estos científicos andan descuidados. No se si habrán patentado su descubrimiento o no, pero creo que alguien se les ha adelantado. Ese Metamaterial al que aluden en su informe ya ha sido fabricado y utilizado con anterioridad, y por cierto, con gran éxito. Y si no es así, cómo se explica aquello de Zapatero en la cumbre de Bucarest, a caso no estaba nuestro afamado Presidente cubierto de tal materia. !Claro que sí!. Todo un éxito para el I+D+I patrio. ¡El primer gobernante invisible de la Historia!...bueno, el segundo si contamos a Luís I “el breve”, pero eso ya es otra historia. Además, parece que no sólo los socialistas españoles conocen el secreto del Metamaterial. Mariano Rajoy, impertérrito capitán del navío popular, también participa del secreto…shhh, no se lo digan a nadie. Claro, ahora lo entienden todo, ¿verdad?, cobra sentido la derrota electoral y el “estado de excepción” en que vive su liderazgo al frente del partido. Mariano es así, invisible para tantos…
Y bueno, refiriéndonos a asuntos más banales, ¿qué me dicen de Ronaldinho?, éste lleva con la capa de invisibilidad puesta desde que el F.C Barcelona hiciera de París su obituario. Eso sí, los ocho millones netos por temporada, invisibles lo que se dice invisibles, no son…
Por cierto, si alguna vez ven a alguno de los personajes anteriormente citados por sus televisores, no se asusten, son dobles mediáticos, hechos por y para su tranquilidad. A disfrutarla…